Cuando Marihierva tenía 12 años ya era una mujer despampanante. Medía 1.75 y llevaba en su pecho un big bang de ubres, una explosión cósmica de mamas y pezones, un desparramo de tetas que volverían locos a los hombres y que serian su marca registrada cuando se volviera una cantante famosa. Y a esa corta edad también conoció el deseo, la pasión, y la sed de hombres que la haría sufrir toda su vida.
Una tarde de abril de 1982 Marihierva salió a caminar desnuda junto al mar como todos los días. Luego de pasearse inocentemente frente a un grupo de marineros borrachos se hecho a descansar como una orca encallada que busca el calor de un orco, no como los que se pueden ver en El Señor de los Anillos, sino la orca pero con pito. Mientras meditaba sobre que marca de corpiño podría aguantar mejor esa bomba nuclear de carne que tenia colgando del pecho, lentamente se fue quedando dormida porque pensar era algo que se consumía muchas energías.
Luego de unos minutos se despertó exaltada y excitada por el fuerte olor a chongo que inundaba su nariz. Cuando abrió sus ojos quedo obnubilada por lo que tenia frente a sus ojos. Era el negro Papaito, un mulato dotado como un burro y con la fuerza y la potencia de un toro. Un macho cabrío que la miraba como Maria Marta Serra Lima mira un choripan. Marihierva sentía un fuerte vapor que salía de su órgano sexual y sus labios pedían chongo. En ese momento comprendió que había encontrado al amor de su vida y le dijo delicadamente: “ven aquí negro lindo, y apaga este fuego que me come por dentro, calma esta fiebre uterina con esa manguera negra de bomberos. Ven y tomameeee!
Y ahí, en la playa donde era tan feliz, fue mujer por primera vez. Pero también conoció el desamor, porque Papaito era uno de esos marineros borrachos que retozaban en la playa, y esa misma noche partió en barco velero cargado de sueños, llevándose los sueños de Marihierva. La joven, desvirgada, desolada y un poco descaderada por la fuerza con la que el negro le hizo ver la cara de dios, se prometió que nunca mas estaría con un hombre… pero esto no se lo creyó ni ella, a los dos días ya había sacado punta a varios lápices, e incluso se llego a afirmar que el Topo Gigio murió aplastado por una de sus tetas cuando hacían el amor, pero esto nunca fue confirmado.
esta es la canción que Lia Trocet (futuro nombre artistico de Marihierva cuando conozca la gran ciudad), presa del despecho, le compuso a su negro Papaito.
Mira papaíto que me voy a enojar Si con la morena tú sales a bailar Para qué has venido te quiero preguntar Si con la morena tú quieres conversar Por eso una camisa linda has estrenado Y de los pies a la cabeza te has perfumado Te veo nervioso mirando hacia allá A ver si con un guiño la sacas a bailar Papaíto No me bailes con otra Papaíto Porque me pondré celosa Papaíto No le hables al oído Papaíto Conmigo estás comprometido Papaíto No me bailes con otra Papaíto Que eres un vivo en la pista Papaíto No andes buscando con trampa Papaíto Una nueva conquista Mira papaíto que te conozco bien Tú te haces el santo y eres un hombre infiel Eres como el zorro cuando va a cazar Y aprovecha siempre la oportunidad Por algo es que a los bailes es lo que tú más quieres Porque es un gran pretexto para ganar mujeres Te gusta apretarlas llevando el compás Y cuando no te vea un beso les das Papaíto No me bailes con otra Papaíto Porque me pondré celosa Papaíto No le hables al oído Papaíto Conmigo estás comprometido Papaíto No me bailes con otra PapaítoQue eres un vivo en la pista Papaíto No andes buscando con trampa Papaíto Una nueva conquista Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto...
Una tarde de abril de 1982 Marihierva salió a caminar desnuda junto al mar como todos los días. Luego de pasearse inocentemente frente a un grupo de marineros borrachos se hecho a descansar como una orca encallada que busca el calor de un orco, no como los que se pueden ver en El Señor de los Anillos, sino la orca pero con pito. Mientras meditaba sobre que marca de corpiño podría aguantar mejor esa bomba nuclear de carne que tenia colgando del pecho, lentamente se fue quedando dormida porque pensar era algo que se consumía muchas energías.
Luego de unos minutos se despertó exaltada y excitada por el fuerte olor a chongo que inundaba su nariz. Cuando abrió sus ojos quedo obnubilada por lo que tenia frente a sus ojos. Era el negro Papaito, un mulato dotado como un burro y con la fuerza y la potencia de un toro. Un macho cabrío que la miraba como Maria Marta Serra Lima mira un choripan. Marihierva sentía un fuerte vapor que salía de su órgano sexual y sus labios pedían chongo. En ese momento comprendió que había encontrado al amor de su vida y le dijo delicadamente: “ven aquí negro lindo, y apaga este fuego que me come por dentro, calma esta fiebre uterina con esa manguera negra de bomberos. Ven y tomameeee!
Y ahí, en la playa donde era tan feliz, fue mujer por primera vez. Pero también conoció el desamor, porque Papaito era uno de esos marineros borrachos que retozaban en la playa, y esa misma noche partió en barco velero cargado de sueños, llevándose los sueños de Marihierva. La joven, desvirgada, desolada y un poco descaderada por la fuerza con la que el negro le hizo ver la cara de dios, se prometió que nunca mas estaría con un hombre… pero esto no se lo creyó ni ella, a los dos días ya había sacado punta a varios lápices, e incluso se llego a afirmar que el Topo Gigio murió aplastado por una de sus tetas cuando hacían el amor, pero esto nunca fue confirmado.
esta es la canción que Lia Trocet (futuro nombre artistico de Marihierva cuando conozca la gran ciudad), presa del despecho, le compuso a su negro Papaito.
Mira papaíto que me voy a enojar Si con la morena tú sales a bailar Para qué has venido te quiero preguntar Si con la morena tú quieres conversar Por eso una camisa linda has estrenado Y de los pies a la cabeza te has perfumado Te veo nervioso mirando hacia allá A ver si con un guiño la sacas a bailar Papaíto No me bailes con otra Papaíto Porque me pondré celosa Papaíto No le hables al oído Papaíto Conmigo estás comprometido Papaíto No me bailes con otra Papaíto Que eres un vivo en la pista Papaíto No andes buscando con trampa Papaíto Una nueva conquista Mira papaíto que te conozco bien Tú te haces el santo y eres un hombre infiel Eres como el zorro cuando va a cazar Y aprovecha siempre la oportunidad Por algo es que a los bailes es lo que tú más quieres Porque es un gran pretexto para ganar mujeres Te gusta apretarlas llevando el compás Y cuando no te vea un beso les das Papaíto No me bailes con otra Papaíto Porque me pondré celosa Papaíto No le hables al oído Papaíto Conmigo estás comprometido Papaíto No me bailes con otra PapaítoQue eres un vivo en la pista Papaíto No andes buscando con trampa Papaíto Una nueva conquista Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto Papa, papa, papaíto...
Pobrecilla mi queridilla, estos amores ofuscados que hacen que suenen los timbres... Digo, no piensen mal, ah. Digo porque el muchachuelo, según los avances del Canal de las Estrellas, la iba a ver todos los días a las 2 y media de la tarde, le bajaba el timbre a la aguela Salomé, la aguela de la Marihierva... y le cortaba la siesta, vió. Porque todos los dias le bajaba el timbre a la siesta clamando a gritos desaforao que la Mari saliera por la ventana y se fugaran juntos para nadar por el lago del Parque Sarmiento.
ResponderEliminarUn amor fresco, fresco como la hierva
Y verde como el lago Crisol.
Su fiel seguidora,
Chicha Cornetti